viernes, 9 de diciembre de 2016

Comentario al artículo de Colomer, Melchor y Pedregosa

El artículo ‘El portafolio como herramienta de aprendizaje. Potenciando la autonomía del estudiante’ de Colomer, Melchor y Pedregosa trata de las aplicaciones del uso del portafolio en el ámbito de ELE tanto como recurso de aprendizaje, como de instrumento de evaluación (o autoevaluación).

Según los autores, una de las principales razones para promover la utilización del portafolio es que favorece el aprendizaje autónomo y reflexivo de los alumnos. Los portafolios no deben ser meras recopilaciones de documentos; para lograr mayores beneficios pedagógicos es necesario que se acompañen de reflexiones. Es esta unión de selección de documentos con reflexiones la que conduce a un proceso de toma de conciencia sobre el aprendizaje. Además, mediante esta práctica también se consigue que los alumnos lleven a cabo un importante proceso de autoevaluación.

Tras las experiencias llevadas a cabo en la Universidad de Roehampton con el uso del portafolio, los autores llegaron a la conclusión de que además de estos beneficios referidos a la autonomía y la autoevaluación del aprendiente, se consiguieron otros, como desarrollar las ‘competencias blandas’: tener iniciativa, saber buscar recursos, etc.


Indudablemente el portafolio es un instrumento con múltiples aplicaciones y que puede funcionar como útil complemento en las clases de ELE. Sin embargo, en el texto parece desprenderse la idea de que sin la utilización del portafolio los estudiantes por lo general no reflexionan sobre su propio aprendizaje – algo que queda de manifiesto cuando se comenta el caso de los estudiantes a los que no les gustó el uso del portafolio porque eran partidarios de una educación tradicional que ‘no invita a la reflexión’ – o que tienen por lo general una autonomía muy limitada. Además, si se quiere llevar a cabo un uso adecuado del portafolio – por ejemplo, siguiendo los ejemplos que citan los autores de lo que hicieron algunos de sus alumnos – es evidente que es necesario contar con unos medios materiales suficientes. Parece también necesario dedicar algunas clases a explicar con claridad qué deben hacer en el portafolio, cómo y para qué. 

Comentario al artículo de Tíscar Lara

El artículo ‘Blogs para educar. Usos de los blogs en una pedagogía constructivista’ de Tíscar Lara ofrece una explicación detallada y convincente de los beneficios que la utilización de los blogs puede tener en el ámbito educativo. Dentro de una pedagogía constructivista y del E-learning, los blogs constituyen una valiosa herramienta para profesores y alumnos.

La utilización continuada de un blog ayuda a trabajar múltiples aspectos relacionados con la organización del discurso. Dentro del ámbito de la enseñanza de lenguas extranjeras esto tiene una evidente utilidad. La estructuración de ideas, la cohesión y la coherencia son algunos de los muchos aspectos de la escritura que pueden mejorarse mediante el uso del blog. Además, el mero hecho de saber que el texto que escriban va a estar en Internet puede alentar a los alumnos a que se esfuercen más de lo que lo harían si tuvieran que escribir una redacción que solo su profesor va a leer. Esto se conecta con otra de las ideas que expone Lara, la de la responsabilidad en la Red.

Los beneficios no se limitan al acto de escribir, sino que van mucho más allá. El blog, como herramienta dentro de la denominada Web 2.0, ofrece múltiples posibilidades de interacción entre autor y lector que van desde la mera creación de espacios de debate hasta la creación de comunidades de aprendizaje. Toda tecnología 2.0 tiene como característica fundamental la de romper la rígida verticalidad entre el creador de contenidos y el consumidor de los mismos. Por otra parte, esta situación también contribuye a que el autor de contenidos trate de crearse una identidad bien definida ya sea para diferenciarse dentro de la Red o para dotar a sus creaciones de una personalidad distintiva.

Todas estas posibilidades que ofrecen los blogs parecen suficientes para que los profesores se planteen introducirlos en un curso. Sin embargo, Lara llama debidamente la atención sobre el peligro que supone introducir una nueva tecnología para ‘hacer lo mismo de siempre’. En este sentido, dice que ‘los blogs no garantizan una mayor eficacia por su mera utilización’. Es necesario que el profesor cuente con cierta experiencia, en el mejor de los casos que sea él mismo un bloguero. Además, siempre será necesario realizar actividades que sirvan de preparación previa al trabajo con blogs. Tanto en la preparación como en el trabajo posterior, es necesario que el profesor introduzca elementos motivadores para evitar el peligro de que la escritura se convierta en un trabajo forzado sin ningún interés para el alumno. Es por ello que el profesor tiene que conocer bien los gustos e intereses de sus alumnos, así como sus aspiraciones.

En definitiva, la lectura del artículo de Tíscar Lara supone una estupenda introducción al trabajo con los blogs en el ámbito educativo. Todo profesor interesado en ello debería tener en cuenta las ventajas y las precauciones que lista la autora en el artículo. 

¿Qué piensas que pueden aportar las nuevas tecnologías a la enseñanza de lenguas? ¿Por qué?


La utilización de medios tecnológicos en el ámbito educativo no es algo nuevo, menos aún dentro de la esfera concreta de la enseñanza de lenguas. Dentro de lo que podríamos denominar ‘educación tradicional’, fue relativamente frecuente utilizar vídeos, audiciones y diapositivas. Es difícil que alguien que haya estudiado alguna lengua extranjera en los últimos treinta años pueda imaginarse este aprendizaje prescindiendo de casetes, cedés o vídeos.

El uso de las nuevas tecnologías y de la Web 2.0 se ha propagado con una fuerza y rapidez sorprendentes en los últimos años. Están por todas partes en nuestra vida cotidiana y ahora parece difícil imaginar realizar multitud de tareas sin ellas. Si bien la adopción de las TIC en el ámbito educativo ha sido (y está siendo) indudablemente lento en comparación con otros ámbitos laborales o vitales, no es menos cierto que parece existir un consenso sobre la utilidad y la necesidad de las mismas en la enseñanza.

Cualquier lengua es un instrumento de comunicación, por lo que parece obvio que en su enseñanza se busquen crear situaciones en las que sea necesario establecer algún tipo de comunicación, algo en lo que coinciden prácticamente todos los enfoques y metodologías modernos. Las tecnologías 2.0 tienen un potencial interactivo indudable: las redes sociales son un buen ejemplo de ello.
Las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías en la enseñanza parecen infinitas y no se limitan al aula, sino que van mucho más allá. Pongamos un ejemplo: la expresión oral suele ser la destreza que más dificultades plantea a los aprendientes. Una de las razones es que tradicionalmente era difícil practicarla fuera del aula: la comprensión lectora (e incluso la oral) y la expresión escrita podían trabajarse en casa, así como estudiar gramática y vocabulario. En cambio, más allá de practicar la pronunciación, poco podía hacerse con respecto a cómo actuar en situaciones de conversación o incluso de monólogo. Las nuevas tecnologías permiten ahora establecer conversaciones con vídeo y audio con personas de cualquier parte del mundo y las redes y comunidades virtuales ponen en contacto a una gran cantidad de estudiantes con un mismo problema.

Más allá de las novedades que puedan aportar las nuevas tecnologías y la web 2.0 con respecto al aprendizaje de idiomas, quizás lo fundamental es la cantidad y facilidad de medios e información a los que permite acceder. Acceso a radios de cualquier país, vídeos de cualquier temática, consulta de diccionarios y traductores, bibliotecas online… La búsqueda y acceso a recursos que antes podían llevar horas o días son ahora casi inmediatos.

La mayor parte de los que aprenden lenguas extranjeras son jóvenes, grupo sociológico que no solo hace un mayor uso de las nuevas tecnologías, sino que parece tener una total dependencia de ellas. En este sentido, la realización de tareas que requieran o incluyan estos recursos puede resultarles algo mucho más motivador.


En definitiva, las aplicaciones del uso de las TIC y la web 2.0 a la enseñanza de lenguas son múltiples y variadas. Dado que su utilidad parece estar fuera de toda duda, la cuestión debe ser cómo aplicarlas de manera efectiva y qué es necesario para aprovecharlas con plenitud.